viernes, 8 de febrero de 2008

La Maldición del "11"

A poco menos de 4 meses para que el balón empiece a rodar en Austria y Suiza 2008, vuelve a estar de moda y a surgir indecisiones sobre los planteamientos tácticos del seleccionador español, Luis Aragonés. Antes de continuar, manifestaré mi sincero apoyo al seleccionador.
Si bien no estoy de acuerdo con algunas de sus decisiones, he de reconocer que el gran núcleo de jugadores a los que ha llevado consigo en los últimos años, siempre fue de mi agrado.
Sin embargo, no se puede negar que no ha sabido llevar con demasiada cordura algunos desencantos con la FEF, así como sus numerosos deslices con la prensa.

A pesar de esa mancha negra, cabe recordar que otros grandes entrenadores, a los que se les presuponía un mayor talante, tiraron la toalla mucho antes, ante los palos recibidos.
Pero mi mayor admiración por El Sabio, radica en su afán por intentar encontrar un sistema para conseguir el mayor rendimiento de sus hombres.
Para empezar, recogió una serie de chavales sin pelos en los huevos, que venían de caer en la primera fase de la Euro'04 (la final Portugal-Grecia jamás justificaría la prematura eliminación).
Iñaki Sáez había realizado una apuesta fuerte, confiando en jóvenes valores, muchos de ellos tutelados por él mismo en las categorías inferiores del combinado nacional. Se le presumía un juego algo vistoso en ataque, que no renunciaba a los dos puntas y al juego por las bandas.
El juego por las bandas. Aquí quería llegar.

Tras la marcha de Iñaki Sáez, determinados jugadores jamás volverían a suspirar por vestir la elástica rojigualda. Es el caso de los Orbaiz, Raúl Bravo, Aranzubía y compañía.
A pesar de la debacle, y de la desconfianza mostrada en torno a algunos jugadores, el aficionado español se mostraba confiado ante lo que podía ser una buena base futura de grandes jugadores.
Si en la portería Iker Casillas comenzaba a afianzarse; en la zaga Puyol se erigía como el nuevo líder, a pesar de que también fue bailado en la triste derrota contra Portugal. En la delantera había pocos nombres, ya que no abundaban los puntas, al tener por detrás al habilidoso pero interminente Valerón.
Ahora bien, era imposible escatimar los elogios al hablar de las bandas de nuestra selección. A una banda derecha, que combinaba la veteranía de un malgastado Etxeberría, con el descaro del joven Joaquín; se unía el increíble potencial que parecía asegurar una banda izquierda que contaba con Vicente, Reyes y Luque.

Si unos años atrás, en Corea y Japón, Javi De Pedro había dado la talla convirtiéndose en una referencia como pasador en el campeonato, nada hacía presagiar que estos jóvenes valores pudieran seguir la desastrosa senda que sobrevino al txuri-urdin.
Sin embargo no han pasado ni cuatro años y son muy pocos los que confian en la reaparición al máximo nivel de estas tres zurdas que apuntaban a lo más alto. En unos casos las lesiones, y en otros, traspasos realmente inadecuados, han echado al traste sus prometedoras carreras.

Ante este panorama, el Sabio de Hortaleza se vio ante una disyuntiva. Por un lado podía apostar por una nueva hornada de hombres de banda, o por otro lado apostar por los emergentes peloteros de nuestro país. Su decisión, a las puertas de Alemania'06 fue apostar por el sistema que estaba haciendo brillar a Rijkaard y los suyos en toda Europa. La 4-3-3.
De esta manera el medio campo obtendría una mayor consistencia y control del esférico, mientras que arriba la presión sobre la salida de juego del rival sería más intensa.
¿Cuál fue el resultado? Ante la casi-imposición de alinear juntos a Torres, Villa y Raúl, el juego de ataque acostumbraba a estancarse por el centro, y ante defensas rigurosamente ordenadas, el poder ofensivo de La Roja se fundía tristemente...

Tras las dudas en torno a su continuidad, Luis prosiguió su camino tras el Mundial y las debacles en los primeros compases de la fase clasificatoria para la Euro'08. Con el tiempo, parece que ha encontrado un sistema híbrido entre el 4-3-3 y el juego de banda. Apuesta por un pivote defensivo, véase Albelda o Alonso, y mantiene por delante a una línea de 3 bajitos, como son los talentosos Xavi, Cesc e Iniesta. Por delante se la juegan un hombre de banda, Riera o Silva, y el ariete, F.Torres o David Villa.
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Con este planteamiento el espectáculo sobre el césped se reduce considerablemente, pero a cambio, la selección pasa por menos apuros y no sufre de contraataquitis. Con un bloque compacto y con pequeños retoques por hacer, parece que este será el último cartucho que al Sabio le queda por quemar. Esperemos que haya dado con la mejor de las soluciones y que no haya que recurrir en demasía al juego de bandas este verano. Mientras tanto, a falta de recuperar a un desorientado Joaquín, y de que Navas finiquite sus problemas de índole personal; la incógnita está en ver cuanto tiempo nos aguantarán las zurdas.
Riera, Silva...cuidáos por favor.
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Al menos...Siempre nos quedará Capel.
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P.D. Mención aparte merece el puesto de lateral izquierdo en el combinado nacional. Tras la caída de Juanfran y Romero con el adiós de Camacho; el puesto no ha dejado de quemar en las botas de los Raúl Bravo, Del Horno, Pernía, A.López & cía.
No obstante, el puesto tenía un destino fijado. No era otro que el malogrado Antonio Puerta.
A falta de su zurda de diamantes, el astro de Nervión parece haber encontrado un sucesor con suficientes credenciales, como es Joan Capdevila. El resto serán experimentos de última hora.
¡¡Mucha suerte Joan!!

jueves, 7 de febrero de 2008

In-extremis. Un guiño a la gloria, una forma de vida

En la vida, como en el deporte, están aquellos a los que les gusta tenerlo todo bajo control, desde que el árbitro indica el silbido inicial, desde que empieza el día; mientras que existen otra clase de personas que se dejan llevar por la intuición y que construyen sobre la marcha un relato constante de aventuras y/o desventuras. Realmente todo lo dicho hasta ahora es una manera de justificar la mala organización histórica de un servidor, pero de la cual no se muestra en absoluto avergonzado; más bien, más de 2 décadas después de su nacimiento, un tanto asombrado.

Hay quien, iluminado por sus ídolos, hace de esta apuración masiva, una forma de vida. La realidad es que siempre hay que creer hasta el final en que el verdadero esfuerzo dará sus frutos y un giro en el destino acabará obrando el milagro. En el día a día cualquier detalle puede cambiarnos ese destino de un momento a otro. A veces son cambios insignificantes, y otras veces nos cambian para siempre. La historia del fútbol está plagada de este tipo de detalles. Partidos para la gloria. Con una planificación previa de libretas y pizarras que cortarían la respiración. Inicio del partido. Un resbalón. Una tarjeta. Una torcedura. Cualquier detalle o matiz puede voltearlo todo.

Pero no es en estos detalles donde reside el encanto de lo "apurado". Esta es, verdaderamente, la base de lo que debe llegar más adelante. Una dosis generosa y contundente de furia que desencadene una auténtica "bacanal" de acontecimientos, y que decante de nuestro lado la balanza de nuestros objetivos. Y es que, Creer es poder.

En la últimas décadas grandes noches del deporte rey así lo atestiguan...vuelos de Bakero en Kaiserslauten, los milagros de Tenerife, travesuras del "asesino con cara de niño" Solskjaer, el "Alfonsito te quiero" de la Euro'00, la garra de Gerrard y los suyos en Estambul, y un largo etcétera. Sin olvidar, por qué no...algún que otro maletín de por medio...

Así pues, creyendo siempre en que lo mejor está por llegar, y no descartando nunca el luchar hasta el final, me aventuro a disputar un nuevo campeonato que pudiera ser apasionante: el desarrollo de este blog. En él pretendo hablar un poco modestamente sobre fútbol, tratando temas de actualidad, así como rescatando momentos del pasado, a sus leyendas, y rescatando curiosidades diversas.

Espero que la aventura llegue a buen puerto. De momento empezamos con la calma.
Lo in-extremis ya llegará...